Los Tambores de La Tumba Francesa son instrumentos utilizados en los cantos y bailes de la sociedad de este nombre, la cual no es sólo de carácter musical. Estos tambores fueron traídos a ( o confeccionados más tarde en) Cuba después que la Revolución de Haití hizo huir a numerosos franceses y sus esclavos a fines del siglo XVIII.
Esto negros fueron conocidos como «franceses» y dejaron una profunda huella en la cultura de la zona oriental, así como numerosos apellidos francófonos que aún persisten como locales. Los tambores reciben el nombre de «premier» o reduble, «second» (también bula o bebe), «catá»,»tambora,»timbal» y maruga.
Los cueros se tensan con cuerdas y clavos de madera. «Algunas cuerdas van ensartadas en el aro, del cual descienden diagonalmente a pasar por debajo de una estaca o cuña y ascienden otra vez al cuero, formando ángulos. Para tensar las cuerdas -el cuero- se golpea en las clavijas haciéndolas penetrar más en la caja de madera enteriza, de forma cilíndrica, comúnmente pintarrajeada. Cada tambor tiene un nombre propio. Se tañen (percuten) con las dos manos». (Orovio, Diccionario, 1980, pags 414-415).
El fenómeno de la tumba francesa se asentó principalmente en la zona oriental de la isla, donde aún se mantiene la tradición, especialmente en Santiago de Cuba y Guantánamo, donde alcanzan esplendor en épocas de fiestas, como en carnavales. Algunos autores citan su presencia en otras poblaciones, lo que es posible, debido a que el asentamiento de esclavos «franceses» no se limitó a estas ciudades mencionadas Como fenómeno danzario, la tumba francesa posee sus rutinas de danza, pasillos de baile que reciben el nombre de «babu», «guásima», «juba» y «masón».
Las festividades, sus toques y danzas generalmente se colocan bajo el apoyo o protección de divinidades, vírgenes o santos, También es tradición colocar en las paredes interiores de las sedes sociales de estas agrupaciones, los retratos de ilustres patriotas de la independencia cubana. Varios de estos próceres, nativos de la zona, tomaron o tomaban parte en estas fiestas antes de partir a combates contra las tropas españolas. Estas sedes, modestas casas por lo general, fueron centros de conspiración contra el régimen colonial.