La región turística Jardines del Rey se extiende al norte de la provincia de Ciego de Ávila y forma parte del archipiélago Sabana-Camaguey, el más extenso y numeroso de los cuatro que rodean la isla de Cuba, con más de 2 mil 500 cayos e islotes.
Al Adelantado Diego Velázquez, quien los llamó de esta manera en 1514 en honor al monarca español Fernando el Católico, deben su nombre los Jardines del Rey, paraje que después de más de cinco siglos de conocerse continúa ofreciendo formidables incentivos para nuevos descubrimientos.
Cayo Coco y Cayo Guillermo -dos de las joyas más preciadas de este collar de islas- atesoran la belleza de lo virginal. Allí el hombre sólo asegura las comodidades del mundo moderno para complementar lo que la naturaleza ha creado durante siglos, y que hoy se preserva con esmero.
Cayo Paredón Grande, el más pequeño y no menos acogedor, está a punto de iniciar su desarrollo turístico.
El valor turístico de Jardines del Rey se refuerza, además, por la concurrencia de elementos naturales de excepcional belleza como su interesante y variada avifauna (más de 200 especies conviven en la zona), así como el alto grado de conservación que presentan los ecosistemas marítimos y terrestres del área.
Cómo llegar: Quienes viajan directamente desde Europa o América a los Jardines del Rey, arriban a través del aeropuerto internacional Máximo Gómez, de Ciego de Avila, por lo cual deben cubrir luego los alrededor de 80 km que lo separan de la cayería, inicialmente por carretera y más adelante a través de una autovía sobre el mar (pedraplén), de 17 km de extensión.
Jardines del Rey, lo bello y natural
Para quien llegue a sus costas, Cuba es como un paraíso lleno de lugares fabulosos, como las ruinas de antiguos cafetales franceses en Pinar del Río y Santiago de Cuba, las bellezas de antiguas ciudades coloniales: La Habana Vieja, Trinidad, Camaguey, Baracoa… los contrastes de su variada naturaleza, matizada por valles y montañas en la región de Granma, Pinar del Río y Sancti Spíritus o los más de 4 000 cayos e islotes que la integran.
Entre los principales cayos que componen el archipiélago de la Isla se encuentran Coco, Guillermo y Paredón Grande, donde llegó el conquistador español Don Diego Velázquez y quedó deslumbrado por la exuberante naturaleza, al punto que los bautizó con el nombre de Jardines del Rey en honor al monarca español Fernando el Católico.
Precisamente en este paraje el Ministerio de Turismo de Cuba viene fomentado un impetuoso desarrollo considerado como uno de los destinos de más dinámico crecimiento en el sector.
El principal de ellos, Cayo Coco, ocupa un área que lo sitúa en la tercera posición en dimensión en el archipiélago nacional, con una extensión de 370 kilómetros cuadrados y el atractivo adicional que ofrecen 22 kilómetros de excelentes playas, complementadas con una vegetación de manglares y cocoteros.
Por otra parte, cayo Guillermo es de menor tamaño, con apenas 18 kilómetros cuadrados de extensión, aunque abundante en flora y fauna. Su territorio cuenta con cinco kilómetros de hermosas playas, una de ellas nombrada Pilar en honor al yate de igual nombre del famoso novelista norteamericano Ernest Hemingway, que en tiempo de la Segunda Guerra Mundial bojeó estas costas en la caza de submarinos alemanes, con la particularidad adicional de contar con dunas de hasta 16 metros de altura.
Colonias de flamencos y otras aves migratorias escogen a los mencionados islotes como sitio de escala para su reproducción, situación que el gobierno y las autoridades competentes se han encargado de preservar con la construcción de una infraestructura sostenible que beneficie, en primer orden, al entorno natural.
La cercanía de una formación coralina de 400 kilómetros, considerada por los expertos como la segunda en importancia a nivel mundial -después de la australiana- añade un toque de distinción a la oferta que nos presenta Jardines del Rey, con las más variadas actividades para los amantes de los deportes náuticos y el buceo en aguas de temperatura agradable y excelente visibilidad.
Con el protagonismo correspondiente a la vegetación costera, las emociones del mar, el calor del sol y las hermosas playas, todo ello combinado en una mezcla perfecta para el descanso de los visitantes, Jardines del Rey es solo eso: el perfecto paraíso para unas merecidas vacaciones.