Villa Clara
El proyectado desarrollo de una sólida infraestructura hotelera y extrahotelera en su cayería norte y la explotación de otros atractivos turísticos vinculados en lo fundamental con las tradiciones e historia de la región, deben llevar a Villa Clara a convertirse en el mediano plazo en un destino vacacional de preferencia dentro de la mayor de las Antillas.
Durante los últimos años, la central provincia cubana ha recibido mayoritariamente un turismo de circuito, atraído por la estrecha vinculación de su ciudad capital con la figura del legendario comandante guerrillero Ernesto Ché Guevara, quien en las postrimerías de diciembre de 1958 libró allí decisivos combates en la etapa final de la lucha por la definitiva liberación nacional.
Santa Clara es una ciudad pulcra y tranquila, fundada en 1689 y que tiene en el Museo Memorial erigido al Ché Guevara y sus compañeros caídos en combate en Bolivia, el teatro La Caridad (1885) y el parque Leoncio Vidal, sitios que merecen conocerse. Cuenta, además, con la ventaja que su propia posición geográfica le concede, colocándola a 267 kilómetros de Ciudad de La Habana, 74 de Cienfuegos, 207 de Varadero y apenas 88 de Trinidad.
Camajuaní, municipio eminentemente agrícola en el cual abundan los buenos torcedores de tabaco, y San Juan de los Remedios, octava villa fundada por los conquistadores españoles en la Isla (1515), son lugares de tránsito obligado camino a los cayos del norte y sobre todo la última requiere de toda la atención y tiempo disponible del visitante.
El centro histórico de Remedios, declarado en 1980 Monumento Nacional, es el único del país en cuya plaza principal existen dos iglesias: la de Nuestra Señora del Buen Viaje y la Parroquia Mayor, en la que existe un enorme altar totalmente enchapado en oro y una escultura –se presume que única en el mundo– que representa a la Inmaculada Concepción embarazada.
Mas lo que en verdad ha dado fama a este singular poblado son las tradicionales parrandas, cuyos orígenes se remontan al primer cuarto del siglo XIX y que desde 1871 dividen a la población en dos bandos: San Salvador y el Carmen, representados por un gallo de lidia y un gavilán, respectivamente, y que se enfrentan en ingenio, imaginación, música y bullicio desde la noche del 24 de diciembre hasta la mañana del siguiente día.